@|Si hacemos una recorrida por la hermosa Rambla de Montevideo, los graffitis dominan el paisaje.

Partiendo de los muros del hoy abandonado Club Neptuno, los de la Rambla Argentina y el Dique Mauá comprobamos que está tapizado de graffitis de todo tipo y formas. Ni la garita de Policía, ubicada en Rambla y Paraguay, se salva. Tampoco los contenedores.

Por otro lado, son un lujo las pinturas de Gallino, verdaderas obras de arte.
Pero los graffitis que ensucian la ciudad son un tipo de expresión censurable y es lamentable que no haya una repuesta de la Intendencia o la Policía. Tendrían que multarlos o que limpien lo que ensuciaron.

Y como si esto fuera poco, en Plaza Libertad hay una glorieta con una pequeña fuente y a pocos metros, tres cabinas de vigilantes. Resulta que las columnas de la glorieta recién pintadas de blanco ya fueron enchastradas.

¿Los vigilantes para qué están?

Nos falta mucho para ser una ciudad ejemplo y esto se lo debemos, en parte, también a su gente.