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El país de China

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diego fischer
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Fue nuestra estrella. La única estrella que Uruguay ha tenido hasta el momento. El lunes próximo, 14 de marzo, se cumplen cien años de su nacimiento y aunque hace algo más de 7 que nos dejó sigue presente, muy presente entre los uruguayos y también entre los argentinos.

Claro, que estoy hablando de China Zorrilla.

Poco o mucho, depende de cómo abordemos el tema, se puede agregar sobre esta mujer que representó lo mejor de la verdadera cultura uruguaya. Aunque, creo, que aún no se ha valorado en Uruguay en su justo término el aporte que China hizo a la cultura del Río de la Plata. Sí, del Río de la Plata, porque la huella que dejó parece aún más profunda en la vecina orilla que aquí.

Semanas atrás, un jerarca de la Facultad de Letras de la Universidad de Buenos Aires, me hizo esta pregunta:” ¿Tenés idea de lo que significó China para la cultura argentina?” (sic)

Tiempo atrás el prestigioso periodista de La Nación de Buenos Aires, Pablo Sirvén escribió sobre Zorrilla: “Para China Zorrilla, Uruguay y la Argentina siempre fueron juntos, indivisibles, el país de sus afectos, un todo amado. El soporte común y extraordinario de su vida. Su aire y su paisaje más queridos. Con los mismos olores y querencias. Un lenguaje y un río en común, cielos y nubes compartidos. Una manera de hablar y de decir casi idénticas. Y ella brillando en el medio siempre, como la embajadora más notable de todo eso, la amalgama que nos une y nos vuelve tantas veces, algo indivisible. China, la gran Zorrilla, desplegando esa gracia y sabiduría infinitas”.…

China, nació en una familia que contribuyó a conformar la identidad nacional del Uruguay. Fue su abuelo don Juan Zorrilla de San Martín quien en 1879 publicó La Leyenda Patria, 5 años antes Blanes había terminado y exhibido el cuadro El Desembarco de los 33 Orientales. Ambos, desde la literatura y la pintura, ayudaron a construir el sentimiento de nación. Se sabe, no hay país sin nación, y no existe nación sin historia y sin héroes. Luego sería el tiempo de Tabaré y de La epopeya de Artigas. Uno de los hijos de don Juan fue José Luis, el padre de China. El escultor que desde el barro y el bronce le dio forma a los indios, a los gauchos y a los héroes Su cultura, era universal, su don de gentes extraordinario. Con esos antecedentes familiares, China estaba predestinada a dejar también un surco profundo en la cultura uruguaya. Si su abuelo fue el Poeta de la Patria, su padre el hombre que esculpió la historia, China fue la que empleó ese legado cultural excepcional, imprimiéndole su sello y adaptándole a los nuevos tiempos. Brilló en todo lo que hizo. En su larga vida protagonizó, adaptó, tradujo y dirigió más de doscientas obras de teatro en Montevideo, Buenos Aires, Nueva York y Madrid. Participó en cincuenta películas y en otros tantos teleteatros y unitarios en la televisión argentina. Fue cronista de viajes y crítica de cine que lució su pluma en El País. Todo lo que hizo fue sinónimo de calidad. Defensora a ultranza del humor refinado, desdeñó siempre la chabacanería y lo vulgar y se consagró como la comediante del Río de la Plata. Hizo del teatro su religión y de la filantropía su razón de vivir. A ella le debemos la risa, la reflexión y la ilusión de que el mundo puede ser mejor. Nos hizo felices, aunque esa felicidad durara una hora y media o dos . Gracias China!!

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