Unos 30.000 corredores, algunos con mascarillas, participaron ayer en la primera maratón de Pekín desde 2019, luego de dos años de ausencia por la pandemia, pese a un repunte de casos en China.
Con una banderita de China en la mano o una peluca rosada, los participantes iniciaron la carrera desde la plaza Tiananmen, en un ambiente festivo.
Centenares de espectadores se congregaron a lo largo del recorrido para alentar a los corredores, bajo un cielo nublado y ambiente algo contaminado. Éste fue el primer gran evento deportivo en Pekín desde los Juegos Olímpicos de Invierno en febrero.
Casi tres años después de descubrirse el covid-19 en Wuhan (centro), China continúa con su estricta política contra el virus, con confinamientos, cuarentenas y pruebas masivas ante el mínimo brote de casos.
Por ello, solo gente radicada en Pekín pudo participar en la carrera, a diferencia de ediciones anteriores, que atrajeron a corredores extranjeros. Algunos corredores usaron las mascarillas toda la carrera, ganada por Anubaike Kuwan en dos horas, 14 minutos y 34 segundos. Este atleta es originario de Xinjiang, al noroeste de China.
Varios maratones previstos este mes se mantienen de momento, entre ellos el de Shanghái el 27 de noviembre.
AFP